sábado, 13 de diciembre de 2008

Sal

Un puñado de sal
en unos ojos de agua,
un ramo de lágrimas
en un ocaso sin tiempo,
una hoja que se escribe
en el silencio escondido
de un corazón adormecido.

Trepar las consonantes del discurso
buscando inaugurar una osadía,
rescatando las huellas del desierto
donde chacales gobiernan la desidia.

Noviembre 14, 2008

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