viernes, 28 de agosto de 2020

Sueños desencadenados - Poema IV

 Podría llamarte

o tal vez escribirte,

contarte que te he soñado,

mostrarte lo que tus ojos

desnudan de tu Alma.

 

Podría susurrar en tus escondites,

besar de tu corazón los rincones

que sepultas bajo tus miedos,

regalarte las luces

que perdiste en el camino.

 

Mas, me ha llevado tanto tiempo

enamorarme del espejo

y celebrar mis virtudes,

que no arriesgo mi paz

para nadar en tus tormentas.

 

Prefiero soltar mis versos al viento

y que una mañana sin prisa,

te despiertes tan amado

que ya no te sepa amargo

el sabor de la Vida.

 


Soledad Lorena ©

Tejedora de Palabras

Susana Lorenzo

Derechos Reservados

 

Sueños Desencadenados - Poema III

 Basta un solo centímetro

de cicatriz que estalla

y no hay remiendo que parche

el corazón que escapa.


En ese nudo imperfecto

de pieles en desatino,

converge toda la vida

que florece en un beso,

pacifica todas las luchas

y venera las caricias

que nos rozan el Alma.


Una permite el desvarío,

un instante

un sueño

un impulso,

luego cose con versos

las celdas del pecado.


En la inquisición de tus miedos

mi amor es el hechizo

que te devuelve la vida.


Podría amarte cien años

y despertar tus colores,

pero en tus catacumbas

mis alas mueren hechas jirones.


Mientras el cielo te espante

y reniegues de mi nombre,

no habrá placer que te llene

ni mentira que te calme.



Soledad Lorena ©

Tejedora de Palabras

Susana Lorenzo

Derechos Reservados


Sueños Desencadenados - Poema II

Contener el aliento

para no sentir,

dormir la piel

para no recordar,

destejer puentes

para no llegar,

guardar silencio

para no susurrar,

volverse invisible

para no provocar.


Hay amores que mutan,

son agua que empapa,

escarcha que lastima,

fuego que abrasa,

cenizas que lapidan.


No mueren por decreto,

no perecen con el tiempo,

una ejercita el olvido

esperando que un día

el cuerpo deshabitado

rescate su alma a la deriva.


Allí donde tú te estancas

huyendo del amor,

es donde el tiempo nos roba

los colores del paraíso.



Soledad Lorena ©

Tejedora de Palabras

Susana Lorenzo

Derechos Reservados


Sueños desencadenados - Poema I

 Soñamos en colores

lo que la mente condena irreverente,

el latido despierta a borbotones

el suspiro se agita sin rubores,

de las tumbas del olvido

las verdades prohibidas se levantan

agitando juegos oníricos perversos.


El amor sin consuelo

nos desnuda impávidos

en confesiones sin mella,

o nos bendice eternos

en besos que lavan el alma.



Soledad Lorena ©

Tejedora de Palabras

Susana Lorenzo

Derechos Reservados



Sueños desencadenados - Introducción

Una cree que finalmente es un lienzo blanco, una tabla rasa, un cuenco inmaculadamente vacío.  Una cree haber raspado la epidermis hasta borrar todo rastro, huella, eco o ruinas de aquello que a fuerza de voluntad e intención ha olvidado y superado.  Mas basta un sueño vívido y descarnado para que nuestro subconsciente nos refriegue en las narices los surcos ignorados de nuestro corazón, las cicatrices de tierra marchita que siguen floreciendo pétalos rebeldes que ignoran excusas mundanas.

Entonces, una despierta con el sueño en los labios y un puñal en el pecho llena de impotencia porque descubre que aún podría amar a quien no quiere amar ni ser amado.