lunes, 18 de mayo de 2009

Rubor


Un fugaz instante donde una presencia se anuncia antes de su llegada. Un rubor que se enciende cuando golpea a la puerta. Un latido se agita cuando se sienta frente a mi. Las mejillas se encienden sin disimulo. Y en ese breve instante me siento viva. Sonrío cuando se ha ido por sentirme fresca y joven, aunque se que ni debo ni puedo tratar de alcanzarlo. Nuestras vidas corren a destiempo.

No puedo esbozar un poema, ni siquiera atinar unos versos. Será por miedo a darle vida a este palpitar que un sueño logró la extraña coincidencia y excusa necesaria para generar el encuentro.

No importa.

Por un instante, por un momento me he sentido terriblemente viva.

No puedo, no debo, si quiero me muero, decía algún poema escrito en tiempos de amores.

Quien sabe...

viernes, 1 de mayo de 2009

Where is love?


De repente, como un tajo en la tierra ausente de jardines, un hilillo de lágrimas abre su doloroso paso por el surco ahogado de la pena.
Y entonces uno recuerda cuánto hace que el latido no se agita por la simple emoción de descubrir un gesto que nos hace únicos y mágicos. Se pregunta, si habrá olvidado lo que hacer, es más, si en realidad hay algo que uno pueda hacer para cambiar la vida de otro y como dice la canción, “yo puedo hacer que amanezcan alelíes en tu ventana”. Es que se pierden las ganas y la desidia de la soledad va secando el aliento y dejando rastros de anestesia que el tiempo cultiva como huellas petrificadas de un tiempo que ya no existe.
¿Será que hay un tiempo para el desamor? ¿Otro para el amor intenso? ¿Otro para el mal de amores? ¿Y otro que finalmente llega como sentencia, como decreto que salda las deudas y escucha nuestro clamor de cesar las penas? ¿Será entonces que llega el tiempo de la nada, del vacío de la ausencia absoluta de amor?
Quizá, uno deja de buscar y hasta pierde la esperanza de ser encontrado. Quizá, después del exilio que decretan las huestes, después de la hoguera en la plaza de las vanidades, llega el exilio de uno mismo… Y entonces, cómo cuesta encontrar el camino de regreso...