jueves, 26 de enero de 2012

Realidad no literaria


 ¿Necesitás tiempo? Tenés todo lo que me queda de vida.

¿Necesitás espacio? Tenés la superficie que va desde el umbral de mi puerta hasta el otro lado del planeta.

¿Necesitás distancia? El pasaje de ida es gratis e instantáneo.

¿Estás confundido? Yo te aclaro todo en 1 minuto.

¿Estás asustado? Ayy... mi amor, no subas a las montañas rusas.

¿Sentís que estar conmigo te cambia mucho la vida? Te devuelvo tu antigua vida, a mi me aburre bastante vivir sin cambiar nada.

¿Te gusta lo bueno, bonito y barato? Aquí sólo hay rarezas, muy preciadas por cierto. Lo bueno nunca es gratis.
 

Nada de literatura, sólo realidad sin procesar, sin embargo lo comparto porque ayer lo escribí en el muro de FB y más de una mujer lo compartió.

Por cierto, no me queda tiempo ni ganas para melodramas, quimeras, agonías, hipótesis, laberintos de telarañas, ni la gama de los grises.

Susana, haciendo balances de madrugada.
Entre el 25 y 26 de Enero
 

Ni pétalos ni poesía

Buscando citas en internet

¿Deberían acaso las mujeres inteligentes escribir un manual para ellos?

Cuando una mujer busca conocer hombres en internet, generalmente lo hace porque es tímida, porque su agenda de trabajo le deja poca vida social o porque el entorno donde vive no le permite tener citas interesantes.

Hay ciertos estereotipos de perfil que ahuyentan a cualquier mujer con ganas de tener una conversación interesante.  Está el que se saca fotos con sus hijos o sobrinos o nietos o lo que quiera que sea, quizá para parecer paternal.  ¿Nadie le dijo que existen redes de pedofilia en internet?  Luego está el que se saca varias fotos sin ropa, ostentando su panza de varios kilos y brindando con un vaso de cerveza, pero exigiendo alguien joven, bonita y delgada.  Y luego el peor de todos, el que elige la foto de un deportista musculoso o la mejor foto de George Clooney en vez de mostrarse tal cual es.  ¿Pensará que alguna pescará su anzuelo de galán?

Tarde  o temprano, si la conversación sigue su curso, la mujer aceptará tener una cita real.  ¿No sería acaso más fácil, un perfil simple, honesto y transparente?  O de lo contrario, como hizo una vieja amiga: siempre le dijo al candidato que era como una ballena azul, cuando finalmente lo conoció en persona, él ya estaba enamorado de su corazón y quedó boquiabierto con su cuerpo de sirena azul.

Prosa profana y mundana

Estado civil: Mágico (nada por aquí nada por allá)

Situación Laboral: Vacaciones forzadas

Actividad real: Caza de empleos que no pidan joven, bonita y con experiencia.

Cultivo de temporada: Tolerancia + Paciencia

Sindrome de abstinencia: compras, gustos, salidas, romance, adrenalina, actividades amatorias compartidas, juegos de seducción, hombres con ganas de amar, agenda ocupada, exceso de trabajo.

Pronóstico del tiempo: inestable, brumoso, probabilidad de lluvias, nubes acumuladas y vientos de hojarasca.

Vaticinios: Cónclave del Fénix, la Mujer Salvaje que corre con los lobos, la Musa de Soledad Lorena y el Drágon que incinera lo que no sirve y da vida a lo que vendrá.

Advertencia: Manténgase a  distancia prudente a menos que su silencio sea agradable compañía, su abrazo sea la pócima que me salva y sus plegarias sean la luz que me sostiene.

martes, 24 de enero de 2012

Fénix aún dormido


El cuerpo como canoa sin remo
a la deriva de un tiempo
que es océano sin boyas.

Una bruma que silencia
los párpados sofocados
y borra del horizonte la línea.

Un sopor de cenizas
que siembra la quietud
y adormece el pulso.

No es siesta ni remanso,
ni onírica rapsodia,
sólo la espera inerte
respirando apenas
sobre las alas consumidas.


 

Soledad Lorena
24 de enero de 2012


Imágen: http://xiphoidlies.deviantart.com/

miércoles, 18 de enero de 2012

Poema ignoto

De tanto usar el disfraz
que uniforma a los mortales
uno cree en el espejismo
que las miradas construyen.

En el reflejo perdido
que nos devuelve el cristal,
somos forasteros del alma
desconocidos sin piel,
anónimos militantes
de un credo sin religión.


Soledad Lorena
Ignota (de mí misma)
18 de enero de 2012

Lágrima II

Una lágrima atrapada
puede encallar en un poro
y asfixiar los sentidos,

una burbuja de espanto
que va jugando rayuela
como un tomero sin tino.

Gotas de sal y arena
que resignan su curso
y enquistan la pasión.

Soledad Lorena
18 de enero de 2012
(Con embolia emocional)

Tomero: Figura emblemática dentro de la cultura del agua en Mendoza. En Narrando historias entre canales, acequias e hijuelas, el tomero don Francisco Bianchi señala que su actividad consiste en:
La confección del turnado, es decir la distribución de horas de riego según la proporción de hectáreas de cada regante. Ese tiempo varía, si el canal es de tierra se otorga 15 minutos por hectárea, si es impermeabilizado se entrega 10 minutos por hectárea. No todos los canales llevan la misma cantidad y por consiguiente el tiempo no es el mismo. A veces cuando un regante no ocupa el agua se produce un “sobrante de agua” de que es utilizado por otra propiedad. El agua no debe perderse. Se realizan arreglos entre los regantes y se distribuye el sobrante. (...) El tomero debe estar pendiente de distintas circunstancias como: tormentas, lluvias, crecientes, subida del nivel de agua. (...) También debe revisar compuertas, verificar que se limpien los cupos. El cupo es la porción de acequia o hijuela proporcional a la cantidad de hectáreas del regante. En la época de junio y julio (época de la corta del agua) el tomero recibe su licencia anual.





Lágrima

 Las palabras que se callan,
los besos que no se posan,
los abrazos sin geografía,
las penas que no se lloran,
los suspiros que se ahogan,
las rosas que no cuajan,
los latidos que se evaporan,
los versos que no se recitan,
los colores que no tiñen,
los pétalos que se entierran;

se exilian todos en el río
que habita donde las sombras
pierden su poderío.




Hasta que la pupila colapsa
y el pecho se desgrana
y el ahora es vasta laguna
donde el nombre sin grafía
flota a la deriva.







Soledad Lorena
Sumergida en una sola
doliente y poderosa
lágrima sin batalla.
18 de enero de 2012
Insomnio de madrugada

martes, 10 de enero de 2012

Sobre el amor

"Lo que habla el corazón no lo entiende la razón. Una pasión que se enciende es como un rayo de luz que penetra en el cuerpo del agua y la preña de vida. Negarse al amor es pretender rechazar el impulso vital que gobierna al universo.

El agua estancada se pudre, es necesario fluir. No hay amor más trágico que el amor prohibido, el que se considera un pecado, el que nos está vetado.

El cuerpo se revela cuando el alma vuela. Lo carnal y lo espiritual están unidos por un lazo tan imperceptible como resistente, son las dos caras de la esencia humana. Negar alguna sólo puede traer funestas consecuencias.

Un corazón enamorado se debate como un león en su jaula y no hay poder, ni humano ni divino, que pueda apaciguarle, porque el peor de los pecados es el desamor." 

Toño Marquez
(Reflexión sobre la canción "Sor María" de Maná)

viernes, 6 de enero de 2012

Ingenua

La ingenuidad es un boleto
que compra pasajes a Europa
con monedas de chocolate,
un voto de esperanza
desnudado lejos del claustro
donde el amor se reza
y la poesía se escribe
en montes que el vulgo condena.

Soledad Lorena
Recurrente pecadora de la ilusión
6 de enero de 2012




Poema en Tallo

Tu silencio 
marchita el beso
sostenido en el tallo
endeble de las flores,
nacidas en el sopor
de rancias soledades.

Soledad Lorena
6 enero 2012


La marea que se perdió en el océano...


El océano es voraz
devora las barcazas
y devuelve las mareas
desnudas de silencio.

La palabra devalúa
como moneda latina,
viento de hojarasca
que prostituye el verbo
y reinventa los inviernos.

Soledad Lorena
Más de lo mismo,
farsantes sin destino.
6 de Enero de 2012

[Tu desgano me desgana,
tu silencio me silencia,
tu arrogante banalización
del poema que enciende,
descree mis sentidos
y disfraza tu nombre.]

jueves, 5 de enero de 2012

Hay una marea de besos que te busca


Tu palabra es un barco
donde tu voz
acuna mi latido
y enciende mi suspiro.

Hay una marea de besos
que busca tus regiones,
mientras la huella de tus ojos
camina por mi piel.

Soledad Lorena
5 de enero 2012

miércoles, 4 de enero de 2012

Una bella historia sobre el amor

La Mujer Esqueleto


Había hecho algo que su padre no aprobaba, aunque ya nadie recordaba lo que era. Pero su padre la había arrastrado al acantilado y la había arrojado al mar. Allí los peces se comieron su carne y le arrancaron los ojos. Mientras yacía bajo la superficie del mar, su esqueleto daba vueltas y más vueltas en medio de las corrientes.
Un día vino un pescador a pescar, bueno, en realidad, antes venían muchos pescadores a esta bahía. Pero aquel pescador se había alejado mucho del lugar donde vivía y no sabía que los pescadores de la zona procuraban no acercarse por allí, pues decían que en la cala había fantasmas.
El anzuelo del pescador se hundió en el agua y quedó prendido nada menos que en los huesos de la caja torácica de la Mujer Esqueleto. El pescador Pensó: "¡He pescado uno muy gordo! ¡Uno de los más gordos!" Ya estaba calculando mentalmente cuántas personas podrían alimentarse con aquel pez tan grande, cuánto tiempo les duraría y cuánto tiempo él se podría ver libre de la ardua tarea de cazar. Mientras luchaba denodadamente con el enorme peso que colgaba del anzuelo, el mar se convirtió en una agitada espuma que hacía balancear y estremecer el kayak, pues la que se encontraba debajo estaba tratando de desengancharse. Pero, cuanto más se esforzaba, más se enredaba con el sedal. A pesar de
su resistencia, fue inexorablemente arrastrada hacia arriba, remolcada por los huesos de sus propias costillas.
El cazador, que se había vuelto de espaldas para recoger la red, no vio cómo su calva cabeza surgía de entre las olas, no vio las minúsculas criaturas de coral brillando en las órbitas de su cráneo ni los crustáceos adheridos a sus viejos dientes de marfil. Cuando el pescador se volvió de nuevo con la red, todo el cuerpo de la mujer había aflorado a la superficie y estaba colgando del extremo del kayak, prendido por uno de sus largos dientes frontales.
"¡Ay!", gritó el hombre mientras el corazón le caía hasta las rodillas, sus ojos se hundían aterrorizados en la parte posterior de la cabeza y las orejas se le encendían de rojo. "¡Ay!", volvió a gritar, golpeándola con el remo para desengancharla de la proa y remando como un desesperado rumbo a la orilla. Como no se daba cuenta de que la mujer estaba enredada en el sedal, se pegó un susto tremendo al verla de nuevo, pues parecía que ésta se hubiera puesto de puntillas sobre el agua y lo estuviera persiguiendo. Por mucho que zigzagueara con el kayak, ella no se apartaba de su espalda, su aliento se propagaba sobre la superficie del agua en nubes de vapor y sus brazos se agitaban como si quisieran agarrarlo y hundirlo en las profundidades.
"¡Aaaaayy!", gritó el hombre con voz quejumbrosa mientras se acercaba a la orilla. Saltó del kayak con la caña de pescar y echó a correr, pero el cadáver de la Mujer Esqueleto, tan blanco como el coral, lo siguió brincando a su espalda, todavía prendido en el sedal. El hombre corrió sobre las rocas y ella lo siguió. Corrió sobre la tundra helada y ella lo siguió. Corrió sobre la carne puesta a secar y la hizo pedazos con sus botas de piel de foca.
La mujer lo seguía por todas partes e incluso había agarrado un poco de pescado helado mientras él la arrastraba en pos de sí. Y ahora estaba empezando a comérselo, pues llevaba muchísimo tiempo sin llevarse nada a la boca. Al final, el hombre llegó a su casa de hielo, se introdujo en el túnel y avanzó a gatas hacia el interior. Sollozando y jadeando permaneció tendido en la oscuridad mientras el corazón le latía en el pecho como un gigantesco tambor. Por fin estaba a salvo, sí, a salvo gracias a los dioses, gracias al Cuervo, sí, y a la misericordiosa Sedna, estaba... a salvo... por fin.
Pero, cuando encendió su lámpara de aceite de ballena, la vio allí acurrucada en un rincón sobre el suelo de nieve de su casa, con un talón sobre el hombro, una rodilla en el interior de la caja torácica y un pie sobre el codo. Más tarde el hombre no pudo explicar lo que ocurrió, quizá la luz de la lámpara suavizó las facciones de la mujer o, a lo mejor, fue porque él era un hombre solitario. El caso es que se sintió invadido por una cierta compasión y lentamente alargó sus mugrientas manos y, hablando con dulzura como hubiera podido hablarle una madre a su hijo, empezó a desengancharla del sedal en el que estaba enredada.
"Bueno, bueno." Primero le desenredó los dedos de los pies y después los tobillos. Siguió trabajando hasta bien entrada la noche hasta que, al final, cubrió a la Mujer Esqueleto con unas pieles para que entrara en calor y le colocó los huesos en orden tal como hubieran tenido que estar los de un ser humano.
Buscó su pedernal en el dobladillo de sus pantalones de cuero y utilizó unos cuantos cabellos suyos para encender un poco más de fuego. De vez en cuando la miraba mientras untaba con aceite la valiosa madera de su caña de pescar y enrollaba el sedal de tripa. Y ella, envuelta en las pieles, no se atrevía a decir ni una sola palabra, pues temía que aquel cazador la sacara de allí, la arrojara a las rocas de abajo y le rompiera todos los huesos en pedazos.

El hombre sintió que le entraba sueño, se deslizó bajo las pieles de dormir y enseguida empezó a soñar. A veces, cuando los seres humanos duermen, se les escapa una lágrima de los ojos. No sabemos qué clase de sueño lo provoca, pero sabemos que tiene que ser un sueño triste o nostálgico. Y eso fue lo que le ocurrió al hombre.
La Mujer Esqueleto vio el brillo de la lágrima bajo el resplandor del fuego y, de repente, le entró mucha sed. Se acercó a rastras al hombre dormido entre un crujir de huesos y acercó la boca a la lágrima. La solitaria lágrima fue como un río y ella bebió, bebió y bebió hasta que consiguió saciar su sed de muchos años.
Después, mientras permanecía tendida al lado del hombre, introdujo la mano en el interior del hombre dormido y le sacó el corazón, el que palpitaba tan fuerte como un tambor. Se incorporó y empezó a golpearlo por ambos lados: ¡Pom, Pom!.... ¡Pom, Pom!
Mientras lo golpeaba, se puso a cantar "¡Carne, carne, carne! ¡Carne, carne, carne! ". Y, cuanto más cantaba, tanto más se le llenaba el cuerpo de carne. Pidió cantando que le saliera el cabello y unos buenos ojos y unas rollizas manos. Pidió cantando la hendidura de la entrepierna, y unos pechos lo bastante largos como para envolver y dar calor y todas las cosas que necesita una mujer.
Y, cuando terminó, pidió cantando que desapareciera la ropa del hombre dormido y se deslizó a su lado en la cama, piel contra piel. Devolvió el gran tambor, el corazón, a su cuerpo y así fue como ambos se despertaron, abrazados el uno al otro, enredados el uno en el otro después de, pasar la noche juntos, pero ahora de otra manera, de una manera buena y perdurable.
La gente que no recuerda la razón de su mala suerte dice que la mujer y el pescador se fueron y, a partir de entonces, las criaturas que ella había conocido durante su vida bajo el agua, se encargaron de proporcionarles siempre el alimento. La gente dice que es verdad y que eso es todo lo que se sabe.

C l a r i s s a  P i n k o l a  E s t é s
M u j e r e s  q u e  c o r r e n  c o n  l o s  l o b o s



lunes, 2 de enero de 2012

Ruidos


Cuídate de aquellos
que publican su nombre
en brillantes marquesinas
y pueblan de palabras
los claustros sagrados,
pues su corazón jamás
pisó descalzo el suelo desnudo
del alma sutilmente iluminada.

Soledad Lorena
02 de enero 2012
“Una mirada desde la alcantarilla, puede ser una visión del mundo.
 La rebelión consiste en mirar una rosa hasta pulverizarse los ojos."
― Alejandra Pizarnik