domingo, 27 de febrero de 2022

Tienda Virtual

 Estrenamos Tienda Virtual en 2022.






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La Libertad de Escribir

 A veces, escribo desde lo que Soy y Siento.  Otras veces escribo como mensajera que Dios elige para recordarnos su Amor y Sabiduría.

Siempre escribo como un ejercicio de Soberanía personal, como una práctica de meditación, como una manera de sembrar el buen Amor y multiplicar la Luz; pero por sobre todo, como una forma de cultivar la Paz interior.  Ya que solo desde la Paz interior, podemos sostener relaciones sanas con Dios, las personas que nos rodean y el mundo que habitamos.



Te invito a leer el artículo completo desde el Blog en mi página web.

Comparto mi viaje con la escritura: ¿Por qué comencé a escribir? ¿Por qué escribí solo poemas durante casi 40 años? ¿Por qué escribo ahora?

Escrito en una tarde fresca de domingo, desde la escalera, tomando mates, bajo el cielo de San Luis.

Susannah Lorenzo© / Tejedora de Puentes

Soledad Lorena© / Tejedora de Palabras

Meherdeep Kaur© / Tejedora de Magia

sábado, 19 de febrero de 2022

Poetisa Perdida

 

Lo que alguna vez fue un corazón doliente, cautivo de desamores y abandonos, es ahora una tierra marcada por surcos trazados por la rueda gigante de la vida.  En el centro, un estanque de aguas misteriosas donde florece un loto que nunca envejece. 

Los jazmines y alelíes han migrado en bandadas de pétalos sumisos, sometidos a los vaivenes del destino.

Ya no quedan cobertizos ni graneros desbordados de semillas que sofocan ante mi necesidad de amar.






En algún punto del camino, descubrí que mi desesperada obsesión por amar ‘demasiado’ era un disfraz engañoso para encubrir una carencia insoportablemente dolorosa por ser reconocida, amada y aceptada.

Ya no anhelo que mi nombre habite un corazón desamorado, ni que pueble almohadas con susurros de canela y miel.

No soy el árbol frondoso con un tronco de curvas pronunciadas que lloraba la ausencia de quienes ya no buscaban su sombra ni su abrigo.

Tampoco soy aquella playa solitaria que perdía su mirada en la silueta de barcos que nunca llegaban o en el vuelo de gaviotas que mudaban de cielo.




Había una rara belleza en la poesía escrita con lágrimas de sal, en el trazo padeciente de amores incomprendidos, en la agonía constante de existir en el momento y lugar equivocado; en el beso sostenido y el abrazo contenido; en la piel despoblada de caricias, en la húmeda oscuridad de la profundidad del pozo, en el vértigo tentador del abismo sin nombre, en la herida sangrante como identidad y bandera.

La Mujer Madre es un faro apostado en una península sin coordenadas terrestres, una luz que gira tenue y lentamente solo para recordar las semillas del Amor que alguna vez sembró con tanto ahínco.  Ya no es puerto ni muelle; ya no es nido ni destino; es apenas una plegaria sostenida para que su nombre solo despierte sonrisas y sensaciones de abrazos sin distancia.



La Mujer Amante es una parcela de rosas en capullo; una geografía silvestre jamás colonizada, desheredada de cicatrices, rastros y huellas de nombres ahora desconocidos; es un puñado de polvo de estrellas viajando con el viento; un nombre que solo puede ser suspirado por quien honra el Templo; un beso anónimo en las noches de luna llena; una viajera que no espera barcas ni gaviotas; una peregrina que dibuja su propio camino.



La Niña Perdida ya no llora por los rincones, lamentando su suerte y llamando a los seres azules para que regresen a buscarla.  La Niña Tristeza ha encontrado en su corazón los tesoros dormidos, la Madre que todo lo sana y el talismán que descubre los pasadizos secretos.  La Niña Rechazada ya no esconde sus colores ni sus dones, ni su magia. Ya no camina por las ciudades buscando salvar corazones maltrechos, como deseo ancestral de que alguien de algún modo sanara el suyo.  La Niña Avergonzada ya no esconde su brillo, no baja la mirada, no susurra sus deseos, no maldice sus sueños, no negocia su paz y no deja que nadie mancille sus Alas.



La Mujer Luna abre su corazón a la noche estrellada y escucha los mensajes que el cielo murmura en su corazón.



La Mujer Medicina prepara una tisana con dos hojas de albahaca y unas gotas de limón; y en el cuenco de sus manos bendice las palabras que nos recuerdan sanos.

La Mujer Maga se reconoce hacedora de milagros y puede crear un espacio sagrado entre una parva de escombros y un paisaje de cemento.  Sobre los techos de chapa y los muros imperfectos, el Cielo se extiende vasto y generoso, imperturbable ante la grotesca disposición urbana que confina los cuerpos y adormece las Almas.



La Poetisa que antes escribía se ha perdido; hubo un tiempo en que extrañaba sus poemas, pero invocarla, sería invocar una Mujer lastimada y sedienta de Amor que ya no existe.  La Mujer que ahora escribe es una colección de experiencias, aprendizajes, personajes de mis cuentos y muertes en vida; pero por sobre todo es el reflejo en el espejo, de una mujer nueva, una mujer que se atreve y aprende desde la humildad de haber descubierto que el camino recién empieza.




 

Estoy de pie, desnuda mi alma y mi corazón, las cicatrices bordadas con hilos de seda dorados, rosas y blancos;  las alas en mi espalda se agitan fuertes y desafiantes a pesar de los parches y remiendos después de tantas batallas y caídas; mi pelo se ondula con el viento, con surcos plateados que brillan bajo la luna; no llevo escudos ni armaduras, tampoco una espada; llevo apenas un vestido de gasas tenue y sutil, una amapola en el centro de mi pecho y una corona de rosas en mi cabeza.  Delante de mí, camina el Arcángel Gabriel, a mi derecha el Arcángel Rafael, a mi izquierda el Arcángel Miguel y detrás de mí el Arcángel Uriel; sobre mí vuela y planea una paloma blanca rodeada de los dones del Espíritu Santo; en mis pies descalzos, las sandalias de Jesús; en mi corazón, el Amor de Dios; en mis manos el Rosario Amoroso de la Madre María; en mis ojos, lágrimas de emoción por todo lo que es y por todo lo que puede ser posible en mi vida.

Que Tu Voluntad Divina sea derramada y realizada a través de mí.

Que mis acciones sean Tu Verbo.

Que mis palabras sean Tu Sabiduría.

Que mi Amor sea Tu Amor.

Que Tu Compasión sea la nueva Poesía.

Que Tus Milagros sean las nuevas Historias a contar.

Soledad Lorena© / Tejedora de Palabras

Susannah Lorenzo© / Tejedora de Puentes

 

 


Viernes 18 de febrero de 2022

Mates en la escalera, después de una lectura de Tarot Evolutivo para mí.

Atardecer en San Luis, con mi libreta y un lápiz.

Una mariposa en tonos de naranjas ha revoloteado frente a mí; luego se ha posado en la medianera a la altura de mis ojos, se ha detenido y nos hemos mirado por un instante.  Me ha dejado un mensaje mientras yo escribía y luego ha seguido su viaje.

Debería ejercer mi oficio de escritora todos los días, es una buena idea hacerlo en la escalera, con aire fresco, bajo el cielo inmenso.  Tanto encierro me hace mal y perturba mi mente.

Debería trabajar con las cartas de Tarot cada día, transitar el camino sin expectativas y sin querer controlar el resultado con calendarios y estadísticas.

El camino de la Devoción es así: dedicar el corazón, el hábito, la mente y la intención a transitar el Sendero que Dios nos indica.  Todo lo demás llega por añadidura.

Susie / Susannah / Soledad Lorena