viernes, 22 de febrero de 2008

Ajenos


¿Alguna vez te has sentido ajena/o? Como si hubieras nacido en el lugar o el tiempo equivocado....
En estos tiempos son comunes las historias de nietos o hijos recuperados de los desaparecidos durante la dictadura, historias de apropiadores, de adopciones encubiertas. Incluso una hija de desaparecidos ha presentado una querella contra sus padres adoptivos por la tortuosa relación con ellos y las mentiras sobre su identidad.
Es conocido que en estos casos tarde o temprano la memoria del niño, ya sea subconsciente, emocional o genética, lo hace sentir diferente de algún modo a su entorno.
Entonces llega el final donde a pesar del dolor, cada uno encuentra su origen y entiende sus conflictos y reconoce su identidad.
¿Pero qué sucede, cuando en realidad, no hay adopción ni apropiación?
Hay veces en que por designio de Dios, o del Universo o de quién sabe qué plan, "nacemos" en una existencia, en una de nuestras tantas vidas, rodeados de seres extraños, no por su apariencia física o su mapa genético, sino por sus coordenadas interiores.
De niña, creía que tarde o temprano un plato volador volvería a rescatarme, porque suponía que me habían dejado olvidada. Jugaba con la idea de descubrir algún día la documentación que diera cuenta de mi adopción. Sin embargo el paso de los años y la apariencia física no dejaron duda de la filiación, al menos sanguínea y genética.
¿Pero, qué se hace? Cuando uno nace en una familia que maneja códigos diferentes, que habla otro idioma... En realidad, es uno, el alienígena que habla un idioma desconocido, que percibe la realidad de una manera diferente y es sometido a toda clase de presiones y condicionamientos para volverse normal, para ser uno más del grupo al que pertenece.
No se si produciría menos dolor saberse abandonado o apropiado. A veces, resulta totalmente intolerable el dolor que causa, saberse no aceptado, respetado o comprendido.
Después de tanto negociar, después de tanto intento por aceptar lo que no se puede cambiar, después de vivir bajo la presión de tanto zombie queriendo dormirnos, uno se pregunta si el exilio no es acaso la mejor salida.
Algún miembro normal de esta familia, dijo que inteligencia era la facilidad de adaptarse a situaciones nuevas o diferentes. Es cierto, adaptarse a entornos diferentes, a cambios. Sin embargo, no creo que adaptarse signifique dejar de ser uno mismo, sacrificar los propios valores para ser y hacer lo que los demás esperan de uno.
Sensibilidad, talento, imaginación, percepción, intuición, creatividad, inteligencia emocional, valoración de la palabra, respecto, pasión, valentía, unicidad, verdad, hidalgía; parecen ser palabras desconocidas en este mundo donde sólo cuenta lo externo y lo interno y espiritual es digno de la quema de brujas.
Que me queme la vida en el fuego sagrado.
Que mis alas rotas encuentren el vuelo hacia los cielos libres.

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