sábado, 5 de enero de 2008

Carta sin retorno

Diciembre 24, 2007

Carta a un amado desaparecido en la selva de cristales y cemento

¿Qué derecho tendría a perturbar tu calma?
Si yo se que has negociado con la rutina y no puedo verte ni amante caballero, ni compañero en el sendero, si hasta tu antorcha de guerrero ha quedado sepultada en el buen nombre de los feudos que compran amores de sociedad.
¿Qué derecho tendría amado mio?
Ahora que la musa se ha dormido y hace siestas eternas junto a la piel que ya no se enciende ni en el recuerdo, ahora que el corazón se ha ido deshojando de colores marchitos, ahora descubro que aún quedan pétalos tatuados con tu nombre.
Y de repente, sin permiso alguno, un gran proyector apabulla de imágenes la memoria proscripta y uno siente que el tiempo ha caido como un pesado telón que ya nadie provoca.
De cuando en cuando, un par de palabras rayando la indiferencia, apenas un simulacro de oración que ya nada dice. Y un dejo de latido se aventura a creer que te permites recordarme, y hasta a veces, extrañarme y que aún dibujas excusas para llamar a mi puerta.
Pero es amargo el sabor y ventilas tus disfraces como una lenta y tardía venganza de conjuros agitados en la impotencia del amor mal amado.

Ya es tarde, lo se.
En esta víspera de Nochebuena que provoca tantos recuerdos, sólo tenía que alcanzarte en el silencio y simplemente saber que aún podrías sanarme.
Aunque regreso sabiendo que el agua de mi manantial ya no encuentra jardín en los muros de tu corazón.

Susana / Soledad Lorena

PD:
Podría,
podría escribirte y buscarte
podría robar un teléfono
podría dibujar excusas
podría inventar estrategias
podría agitar lo imperturbable
podría amarte
podría reconocerte
podríamos reinventar un amor
que traemos desde siempre...
Pero es tarde, ya lo se.
¿Qué derecho tendría a develar verdades que nadie osa siquiera imaginar?

Soledad Lorena
Derechos Reservados

1 comentario:

Julio dijo...

Este fue el texto que más me gustó. No sé bien por que. Tiene una mezcla de dolor, de resignación, de pensar más en el amor platónico que en el de estar junto a quien amamos. Gracias por compartirlo.

Julio