Cada tanto,
tu nombre surca el cielo
como un asteroide perdido,
trayendo memorias
de potenciales inexplorados,
susurrando letanías
que sólo el alma conoce.
Suspendida en el espacio
tu mirada dibuja
constelaciones extraviadas,
mapas estelares
que alguna vez soñamos.
Las viejas profecías
parecen susurrar ecos
que desatan ventiscas
de arenas subterráneas.
Nada es eterno y aún así,
la luz pulsante permanece
como latido sin prisa
recordando la vida misma.
Soledad Lorena© / Tejedora de Palabras
Susannah Lorenzo© / Tejedora de Puentes