domingo, 9 de julio de 2017

Arbol mutilado

Es de noche,
por eso quizá
la pena me embarga.
Ese árbol no entiende,
tampoco suplica.
Sus ramas extirpadas
dejaron la huella
del metal que no perdona, 
no para esculpir a la Venus de Milo
sino para controlar luces y sombras.
Unas hojas irreverentes
en la deformidad crecen
desafiando el invierno
y la decisión que mancilla.
Ese árbol no juzga,
tampoco medita,
simplemente Es.
Observo y aprendo,
lo escucho y comprendo.

Soledad Lorena ©
9 de julio de 2017



Mientras esperaba el colectivo,
Un árbol se mostraba vulnerable.
Hubiera querido tener una cámara
Para capturar lo que mis  ojos veían
Y mi corazón sentía.












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