martes, 2 de abril de 2013

Flores en la ventana / Una ventana en las flores



Cada mañana le pedía a la enfermera que refrescara las flores junto a la ventana y cuando estaban ya marchitas debía buscar otras nuevas, siempre del mismo color.  Su debilidad ya no le dejaba levantarse, sin embargo ese gesto excéntrico le permitía bajar hasta el jardín, ignorar las ventanas cerradas por el invierno, sentir que su camisón era un traje ancestral de mujeres invencibles.  Miraba fijo cada flor por horas y horas, y desde las flores ella podía sentir que su corazón se llenaba de colores.

Aquella tarde, cuando la enfermera entró a la habitación con el té y las tostadas, encontró la cama llena de pétalos;  junto a la ventana, el florero sin una gota de agua y tras el cristal una llovizna de versos ilegibles.

Soledad Lorena
02 de abril de 2013

No hay comentarios: