Aunque sea una primavera, antes de que llegue el crudo invierno que se avecina, quiero ser el sol en tu cielo para que tu día sea día. Quiero ser la luna en tu cielo para que tu noche sea noche. Quiero ser el jazmín en tu latido para que tu corazón se sienta vivo.
Pero la arena corre en el infinito reloj del tiempo, aún no se tu nombre, tampoco tu destino. Merezco darte todo lo que tengo y hacer de cada momento una aventura. Merezco que me des una canción, un poema, un baile y un océano de besos. Merezco ese solo abrazo que contenga tantas soledades.
Hace tiempo que ya no te busco, así que si ves algún grafiti borroso en el muro del firmamento, ya sabes, no tardes, Dios librará de mis despojos a todos los que amo.
Hoy estoy tan triste, tan inmensamente triste que una lluvia copiosa me separa del mundo.
Soledad Lorena
Madrugada, 9 de septiembre de 2012
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