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miércoles, 16 de noviembre de 2022

Besos en la siesta


Tu mano en mi cabeza

sosteniendo mis miedos,

tus ojos que me hablan,

tu corazón que respira

verdades en mi sombra.

 

Y allí bajo los árboles

tus labios en los míos,

una canción de besos

murmurados con ternura.

 

En el centro del pecho

un algodón de azúcar

endulzando el latido,

tiñendo mi voz

con el sabor de tus besos

 

Soledad Lorena©

En el sopor de una siesta

16 de noviembre de 2022

(Un hombre que besa así en sueños, 

merece el intento de besarlo despierta)

 



viernes, 10 de junio de 2022

Poesía dormida

 



Nos privamos de la poesía

cuando escondemos las alas

para no incomodar a los cautivos,

cuando silenciamos el amor

para no intimidar a los cobardes.

 

Nos alejamos de la poesía

cuando dejamos de besar

los nombres que se apartan,

cuando dormimos los sueños

para no despertar ilusiones,

cuando sometemos el corazón

a los mandatos de la razón.

 

Dejamos de respirar poesía

cuando contenemos el aliento

para no recordar ecos prohibidos,

cuando perdemos el arrebol

bajo la palabra en susurro,

cuando dejamos de bailar con los versos

para no alborotar

la santa quietud de los resignados,

y cuando pedimos permiso

para acariciar el alma amada.

Soledad Lorena©

10 de junio de 2022




miércoles, 24 de abril de 2013

Lágrima



Es un punto de lágrima sostenida
donde el llanto no encuentra
ni cauce, ni océano, ni mares.

Un instante de latido contenido
donde el corazón impávido
no ejerce la memoria.

Un cruce de nada y todo
de apenas perceptibles
de excesivas emociones.

Se parece al segundo
antes de la muerte,
al minuto que predice
los derrumbes y maremotos.

Soledad Lorena
Acurrucada en una lágrima
24 de abril de 2013


lunes, 17 de octubre de 2011

Poema alborotado

Podría hacer un racimo
de estas musas alborotadas
y macerar un vino de versos,
para pincelar tu nombre
en un poema que no te olvide.

Sin embargo elijo releer
cada trazo de tus manos
escribiendo en mi piel;
me bebo cada beso
que guarda la estela de tu paso,
cometa que cruza mi cielo
sin pedir ningún permiso.

Hay una danza de emociones
que no me deja escribir,
un poema encendido
de silencios intensos
que puebla de insomnios
tu ausencia impalpable.

Basta un giro de mi sombra,
un párpado que cede,
un latido que subleva,
un hueco que se abrasa,
un recuerdo en mis labios,
y tu nombre puebla cada instante,
con un sol, una estrella,
una vía láctea que me descubre.

Soledad Lorena
17 de octubre 2011