Yo se que
hay gente
que no
escucha a Sabina
y que no
entiende poesía
aunque se la
reciten.
Pero no
entiendo a los hombres
que se comen
la manzana
una vez al
mes con ‘ganas’ de comer,
mas con el
tiempo que ameritan
los trámites
indispensables,
sin arte y
sin desatino.
“Yo no quiero comerme una manzana
dos veces por semana sin ganas de comer.”
Yo quiero
una dieta
poética y
saludable,
una manzana
fresca en ayunas,
y a media
mañana
una ensalada
de fresas, naranja,
manzanas y
canela,
de postre
panqueques de manzana,
por la
siesta manzanas al caramelo,
en la tarde una
tarta tibia
de especias
y manzanas,
y por la
noche quién sabe…
una manzana
al vino
o una dorada
y crujiente
tentadora y
vencedora.
Podría hacer
un libro
de recetas
creativas
para cada
momento.
El punto es,
que si no
escuchas a Sabina
y no
entiendes mi poesía,
daría lo
mismo una manzana
una pera o
una sandía.
Yo aquí,
con mi árbol
desbordado de manzanas
y tú
adorando el reflejo de Eva
en el cuenco
de tus miedos.
Soledad
Lorena
8 de julio
de 2012
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