Basta un solo centímetro
de cicatriz que estalla
y no hay remiendo que parche
el corazón que escapa.
En ese nudo imperfecto
de pieles en desatino,
converge toda la vida
que florece en un beso,
pacifica todas las luchas
y venera las caricias
que nos rozan el Alma.
Una permite el desvarío,
un instante
un sueño
un impulso,
luego cose con versos
las celdas del pecado.
En la inquisición de tus miedos
mi amor es el hechizo
que te devuelve la vida.
Podría amarte cien años
y despertar tus colores,
pero en tus catacumbas
mis alas mueren hechas jirones.
Mientras el cielo te espante
y reniegues de mi nombre,
no habrá placer que te llene
ni mentira que te calme.
Soledad Lorena ©
Tejedora de Palabras
Susana Lorenzo
Derechos Reservados
No hay comentarios:
Publicar un comentario