Contener el aliento
para no sentir,
dormir la piel
para no recordar,
destejer puentes
para no llegar,
guardar silencio
para no susurrar,
volverse invisible
para no provocar.
Hay amores que mutan,
son agua que empapa,
escarcha que lastima,
fuego que abrasa,
cenizas que lapidan.
No mueren por decreto,
no perecen con el tiempo,
una ejercita el olvido
esperando que un día
el cuerpo deshabitado
rescate su alma a la deriva.
Allí donde tú te estancas
huyendo del amor,
es donde el tiempo nos roba
los colores del paraíso.
Soledad Lorena ©
Tejedora de Palabras
Susana Lorenzo
Derechos Reservados
No hay comentarios:
Publicar un comentario