Dicen que una lluvia de confetti de mil colores cubrió toda la ciudad y que los desamorados comenzaron a amar y los que vivían en penumbras comenzaron a respirar nuevos matices.
Dicen que su dolor era tan intenso, que su corazón había estallado porque ya no le cabía en el pecho ese amor tan callado.
Dicen que cuando él golpeó a su puerta, encontró una desconocida de trenzas blancas, que amasaba con sus lágrimas un trozo de arcilla con forma de corazón.
Soledad Lorena
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Tejedora de Palabras
Susannah Lorenzo
Tejedora de Puentes
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