Dicen los por ahí, que el amor no existe, que las expectativas, ilusiones y sueños que muchas mujeres tenemos, es porque leímos demasiados cuentos de hadas, príncipes y princesas; o que leemos mucho o que vemos películas románticas. Concluyen que esperamos algo que sólo existe en la ficción, decretan que debemos conformarnos con un “proveedor”, un acompañante o amante de turno que apenas si conozca la existencia de nuestro corazón.
Sin embargo, escucho por las noches, programas de radio, dónde la gente se dice cosas lindas, donde se piden perdón, dónde cuentan historias de amor con nombre y apellido, dónde se dedican canciones sin miedo a ser vistos como cursi.
Inevitablemente descreo de tanto vaticinio racional y me aventuro a pensar que equivoqué las coordenadas. Porque en las noches de sueños tranquilos, puedo aún ver y sentir que alguien me encuentra y me mira sin miedos, y me ama sin sombras.
Será… que si tejo con hilos de colores un globo gigante, que los vientos alisios de mi corazón eleven; que si tejo con lanas suaves y mullidas una alfombra mágica; encontraré por fin mi rumbo, y en ese cielo mi nombre será tu sol naciente.
Soledad Lorena
16 de mayo de 2012
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