Hay un pequeño estanque calmo y luminoso, un recodo del océano que se acomoda en un hueco de tiempo, un manto de cielo sin nubes tormentosas, donde todo parece posible.
En ese espacio, las almas se encuentran libres de prejuicios, sanas de toda herida mundana, limpias de recuerdos obsoletos.
Basta una chispa de claridad, un suspiro de alivio, un abrazo fugaz o una sonrisa sostenida, para saber que ese momento podría multiplicarse.
Pero nos aferramos, inútilmente, a los calendarios amarillentos, a los miedos ingobernables, a las excusas enfermizas, a los fracasos que alimentamos, al resentimiento que nos paraliza.
Sólo cierra los ojos, respira profundo, pregúntale a tu corazón lo que verdaderamente siente y desde ahí, simplemente imagina habitar ese refugio de verdad pura, de quietud profunda y libertad en vuelo.
Abraza y déjate abrazar.
Ama y déjate amar.
Besa y déjate besar.
La vida es hoy.
Dios habita, allí donde el Amor es libre.
Susannah Lorenzo©
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