Resistirse a la mirada
que nos puebla el insomnio
es alimentar espejismos
de Bereberes en el desierto.
El río que despierta
bajo glaciares inertes
no puede callarse
con mandatos mundanos.
Habrá que danzar
en el mareo
de emociones encontradas,
perdonarse el desvarío
y mansamente,
acomodar el aliento
para exhalar el amor irreverente,
hasta besar los párpados dormidos
y abrazar la sombra
de quien desconoce su luz.
Soledad Lorena©
Despertando de letargos inmunes
23 diciembre, 2019
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