Para ser artista del amor
deberías primero con cincel
derribar el monumento de tu ego.
Para ser navegante de mi piel
tendrías que deshacerte
de antiguas bitácoras y mapas.
Para conquistar mis tierras
deberías ser Atila de tus feudos
y enarbolar mi nombre en tus estancias.
Para desnudar mi corazón
es preciso que vistas del revés
derogando arlequines y antifaces.
Para embriagar mi aliento
tienes que conocer la palabra sagrada
y leer en mis ojos el
poema sin verso.
Soledad Lorena
21 de mayo de 2012
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