El mejor antídoto para el deseo, es la indiferencia y la
desidia del día después.
Puede ser un beso, una charla, un enredo de abrazos, una
palabra o toda una confesión, una caricia o una mirada.
Cuando una mujer escucha la aldaba y al abrir la puerta, el viajero
temeroso o confundido se esconde a la vuelta de la esquina…
Los muros se reconstruyen en nuevas coordenadas y el
domicilio de nuestros nombres, es un recuerdo difuso en un cielo sin soles.
En el foso
de tus silencios
tropezarán tus
intentos.
Soledad
Lorena
19 de mayo
de 2012
“There is
never a second chance to give a first impresión.”
Old Saying
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