Te sientes fiscal y acusado
y desde el estrado esgrimes
que no hay daño ni dolo
porque buenas fueron tus intenciones.
Acepto y perdono
desentiendo los deslices
desestimo y archivo
las penas más hondas
y arrojo al viento mi pañuelo
testigo de lágrimas tan crueles.
Sin embargo mis palabras
enmarañas en tus miedos
y reclamas un listado
de conductas perdonables.
Si aceptaras
mis lunas y mis soles,
probablemente
junto a ti crecería
esa flor que tanto buscas.
Pero descalza camino
sobre las esquirlas de tu vida
y tus sanciones sólo promueven
el rebelde autismo del reproche.
Soledad Lorena
Abril 03 2011
La distancia y el silencio
Son la condena más eficaz
Para erradicar el amor.