Un
globo suspendido
en el
borde de un abismo
que
interrumpe los caminos
y no
sabe de Alisios.
Una
palabra sin rastro
que no
conoce de idiomas,
no
promete aún su eco
y sin
embargo ya grita.
Una
oscuridad que se renueva
ante
los ojos desnudos,
inaugurando
la luz
que no
recuerda faroles.
Soledad
Lorena ©
Desde
una quietud inquieta,
desde
una serenidad que enciende,
desde
una incertidumbre que pacifica.
19 de
noviembre de 2013
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