Bajando al río sagrado
para lavar mis heridas,
encontré tus versos de colores
en una caja de cristales rotos.
Mis ojos inventaron un sol en tu cielo
y mi boca de granada
despertó tu poesía.
Es difícil sentir belleza
en el ojo de la tormenta,
y sin embargo tus letras
me mantuvieron a salvo.
Soledad Lorena
02 noviembre 2012
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