El cartero equivoca su destino y uno, de todos modos, se apodera de la misiva porque asume que el universo conoce planes ajenos a nuestra conciencia. Sabe que el nombre del remitente viste con las tropas enemigas y sin embargo, se aventura a espiar más allá y arriesga una paloma mensajera buscando desafiar al destino y las fronteras.
Durante un instante, una palabra puede ser una carta de amor o una moneda arrojada a la fuente de la ventura.
Durante un instante, la carta equivocada puede ser una hoja de otoño o un rumor de batallas ajenas.
2 comentarios:
Una buena reflexión. Tal vez el cartero nos ofrezca de vez en cuando esperanza e ilusión para seguir viviendo. Un saludo, Grupo Poético Brétema.
Si, es verdad. Un breve instante en el que sentimos que todo es posible. Sin embargo, era simplemente una hoja de otoño.
Gracias por leer mis palabras.
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