Cobardes inquilinos del desaire
Golpean a la puerta
Llaman a los magos
Apuestan talismanes
Y juntan los talones.
Mas cuando el portal
Muestra su dimensión
Desconocen hasta su nombre
Y maldicen al destino.
O quizá sea yo, disparatada
Que no puedo desnudar mi piel
Si mi corazón no late.
Claro… ingenua y sensible
No supe descubrir
Que buscabas simplemente
Un hueco donde escupir.
El silencio y el desaire
Lapidan la vertiente.
El simún es un recuerdo,
Un espejismo, un delirio.
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