Hoy es el día del Escritor.
Ya lo he olvidado, sólo me lo recordó una amiga y entonces sentí una lejana nostalgia de algo que alguna vez fui.
Cuando uno convive con gentes que son ajenas a nuestra esencia, que condenan nuestro camino; aprendemos, o nos acostumbramos a no volvar, ni siquiera en el papel.
Sumisos, ignoramos la celda pero no ensayamos escape.
Fingimos que somos buenos y aceptamos las reglas.
Evitamos los colores, el brillo y los guiños de magia; así nos aseguramos que no haya más torturas, ni conflicto, ni mazmorra.
Hasta que un día cómo hoy, nos miramos al espejo y nos desconocemos, apoyamos el lápiz en el papel y las palabras torpes no encuentran la poesía, palpamos la piel y un espeso cuero curtido por el viento nos aleja de la alquimia.
¿Han vencido acaso?
¿Habrá un nuevo camino y un nuevo destino?
¿Me dejaré morir en este letargo?
O quizá me armaré de coraje, rescataré mis musas, liberaré la machi y me vestiré de azul para que de un solo tiro fusilen mi memoria.
Soledad Lorena
13 de Junio 2008
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